La Boleta Única de Papel (BUP) será convertida en ley el próximo martes en la Cámara de Diputados, marcando un hito rumbo a las elecciones nacionales intermedias de 2025. Sin embargo, la controversia se centra en la posibilidad de incluir o no un casillero para votar la lista completa, un punto clave que generó tensión entre fuerzas nacionales y provinciales.
El debate en torno a la Boleta Única de Papel, un instrumento de votación que muestra toda la oferta electoral de un distrito en un solo papel, está lejos de ser simple. Este proyecto logró media sanción en Diputados en 2022. El mismo introduce un sistema de votación basado en una sola hoja que incluye todas las opciones electorales disponibles en un distrito, y que permite a los votantes marcar sus preferencias para diferentes cargos, tales como diputados, senadores, gobernador, legisladores, intendente y concejales, dependiendo del tipo de elección (nacional o provincial).
Aunque su implementación está asegurada para las elecciones intermedias de 2025, la configuración final del formato sigue siendo objeto de intensas negociaciones. La discusión más candente, ahora, gira en torno a la inclusión de un casillero que permita votar la lista completa de candidatos, una opción que favorece a las grandes fuerzas nacionales frente a las agrupaciones provinciales, que defienden un enfoque más individualizado.
El Senado corrigió la media sanción de Diputados y excluyó el botón de boleta completa, en virtud de un acuerdo del Gobierno con la senadora rionegrina Mónica Silva y el gobernador de esa provincia, Alberto Weretilneck.
Los misioneros del Frente de la Concordia, que tampoco tienen representación nacional, se subieron a ese pacto y ahora defienden con uñas y dientes la versión del Senado.
El diferendo parecía saldado el miércoles pasado a favor de excluir el casillero de lista completa, que conviene a los intereses de las fuerzas con representación nacional por sobre las agrupaciones provinciales.
Sin embargo, en la Cámara de Diputados, esta modificación abrió un frente de conflicto. Martín Menem, presidente de la Cámara, junto con el líder de la bancada libertaria Gabriel Bornoroni, logró avanzar en un acuerdo con sectores de la oposición nacional, como el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, dejando de lado a las agrupaciones provinciales. Esta decisión enfureció a los diputados de Innovación Federal, que tiene representantes de Misiones, Río Negro y Salta.
La líder del interbloque, Pamela Calletti, expresó su descontento ante Menem, señalando que el Gobierno había traicionado el acuerdo previo con los gobernadores provinciales. Menem, por su parte, respondió que dicho acuerdo solo se aplicaba en el Senado y no era vinculante en Diputados, lo que no calmó las tensiones.
La situación obligó a Menem a consultar con Jefatura de Gabinete, ya que si bien no necesita los votos de Innovación Federal para aprobar la BUP, el Gobierno podría requerirlos en votaciones futuras de mayor relevancia, como el Presupuesto o la privatización de Aerolíneas Argentinas. Tras esa consulta, se decidió retomar las negociaciones para evitar una ruptura con las fuerzas provinciales, dejando abierta la posibilidad de excluir el casillero de lista completa.
A pesar de las tensiones, la resolución final sobre el formato de la BUP se dará el martes, cuando la Cámara de Diputados vote en particular. En esta instancia, Unión por la Patria, la bancada más numerosa, podría inclinar la balanza a favor del casillero de lista completa, a pesar de su rechazo inicial en la votación en general.
LT
