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El despido que conmueve a EE.UU.

Kimmel: Trump festeja y se suman voces a favor del presentador (que apareció en Los Angeles)

En su visita al Reino Unido, Trump dijo que a Kimmel no lo echaron por censura, sino "por falta de talento". Obama y David Letterman respaldaron al presentador, que todavía se mantiene en silencio tras su violento despido de la cadena ABC.

Jimmy Kimmel
Jimmy Kimmel | Captura TV

El abrupto final del programa del humorista televisivo Jimmy Kimmel, una de las caras más conocidas de la televisión, divide a Estados Unidos. De un lado regocija a la derecha conservadora, empezando por el presidente Donald Trump, que celebró este jueves el despido del célebre presentador, mientras que por otro lado se suman voces sobre todo desde el partido demócrata que consideran al hecho como "un ataque a la libertad de expresión que pone en peligro a la democracia en Estados Unidos".

"Puedes decir que se trata de libertad de expresión, o no, [pero] fue despedido por falta de talento", declaró Trump desde Gran Bretaña con su habitual desenfreno. El mandatario hizo declaraciones sobre Kimmel a los periodistas que lo acompañan en el Air Force One, y rechazó que pueda considerarse como "censura" la movida oficial contra el programa de Kimmel, sino que "se debió a bajas audiencias y falta de talento, no a la libertad de expresión":

El mandatario republicano, anteriormente estrella televisiva y muy pendiente de la cobertura que le dan las grandes cadenas, fue uno de los más eufóricos festejantes del despido de Kimmel, justo antes del arranque de su show, este jueves en la noche en ABC.

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Kimmel, que presentó en varias ocasiones la gala de los Óscar, había dicho el miércoles en su programa que "este gang de los MAGA está desesperadamente intentando caracterizar a este chico que mató a Charlie Kirk como cualquier cosa menos uno de ellos".

Hablaba de Tyler Robinson, el asesino de Kirk, como un joven vinculado a la derecha, enfatizando que el gobierno estadounidense intentaba vncularlo a la izquierda, para que ese terrible suceso de violencia política pueda enmarcarse en sus continuas acusaciones a la izquierda.

Manifestantes a favor de Jimmy Kimmel protestan este jueves frente al teatro El Capitan, de Disney en Hollywood.
Manifestante a favor de Jimmy Kimmel protestan este jueves frente al teatro El Capitan, de Disney en Hollywood. (FOTO AFP)

Además de sus continuos ataques a la prensa, antes de viajar a Europa esta semana, Trump presentó una demanda de 15.000 millones de dólares contra el New York Times, y en el pasado logró indemnizaciones de ABC y Paramount, y en julio también interpuso una demanda contra el Wall Street Journal.

Las voces en favor de Kimmel

"Después de años de quejarse sobre la cultura de la cancelación, la administración actual ha llevado esto a un nivel nuevo y peligroso al amenazar rutinariamente con medidas regulatorias contra las empresas de medios a menos que silencien o despidan a los reporteros y comentaristas que no le agradan" reaccionó el expresidente demócrata Barack Obama:

El posteo de Obama apoyando a Jimmy Kimmel por los ataques del gobierno estadounidense.

El ahora retirado presentador David Letterman, otra celebridad de la YV americana, señaló de su parte que "ya vemos para donde va todo esto, ¿cierto? Medios bajo control. Y no es bueno".

El asesinato de Charlie Kirk es una "tragedia nacional" tras la cual Donald Trump debería haberse esforzado por "unir al país y no explotarla para destruir a la oposición política", acusó el senador Chris Murphy en una conferencia de prensa en el Congreso en Washington, citando como ejemplo la suspensión del programa de Kimmel. "Lo que ocurre con Kimmel es censura, un control estatal de la palabra. Esto no es América", se indignó Murphy.

"Estamos volviendo a esa época en la que las estaciones de televisión locales, en función de lo que consideran el interés público, deciden lo que piensa el pueblo estadounidense", replicó sin embargo el presidente del organismo regulador del sector de las cadenas televisivas, Brendan Carr, nombrado por Trump.

El funcionario desafió las posibles resistencias de las cadenas televisivas a sus medidas con una frase temeraria: "Si a las cadena no les gusta, tienen una solución: pueden devolver su licencia de emisión".

Más allá de la guerra cultural que se libra en los estudios televisivos, la decisión de despedir a Kimmel coincide con una gran operación para fusionar Nexstar, una poderosa distribuidora de shows televisivos a través de emisoras locales, con su rival Tegna, una operación valorada en 6.200 millones de dólares.

Ese tipo de operaciones necesitan la aprobación de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) dirigida por Carr. Los demócratas anunciaron que presentarán una proposición de ley en el Congreso para proteger la libertad de expresión, aunque no disponen de mayoría en ninguna cámara.

AFP/HB