Las Fuerzas Armadas sumaron un refuerzo de peso al operativo contra el coronavirus: un Hércules C-130 que se integra al esquema de vuelos humanitarios a través de los cuales el Ministerio de Defensa colabora en la búsqueda de varados por Sudamérica y el transporte de recursos sanitarios a las provincias. Se trata del cuarto avión Hércules modernizado en la Fábrica Argentina de Aviones SA (Fadea), en el marco de un programa que comprende a cinco de las seis aeronaves de este tipo que posee la Fuerza Aérea Argentina. Y el tercero que se integra a la campaña que arrancó en marzo pasado para cooperar con la logística militar en el esquema desplegado por el gobierno en el marco de la cuarentena.
Se trata del cuarto Hércules modernizado en Fadea, en el marco de un programa que comprende a cinco de las seis aeronaves de este tipo que posee la Fuerza Aérea Argentina
El programa de modernización, que inició en 2014, comprende el desmantelamiento integral de cada uno de los aviones, su inspección y el recambio de la tecnología aviónica además de la reparación o canje de componentes cuando se requiere. Entre otros cambios, se trabaja en los sistemas de navegación y comunicaciones, alerta y vigilancia, búsqueda y rescate, visión nocturna, y mejora de sistemas varios, como la digitalización del sistema de indicación y cantidad de combustible, control electrónico de hélices, entre otros.
Según explicaron en Fadea a PERFIL, es tan elevado el costo de estas aeronaves que, a partir de este proceso, se les alarga la vida útil de 10 a 20 años más. En este caso, hasta más allá de 2030. La puesta a punto de cada Hércules demora entre doce y 18 meses por lo que el primero de ellos se entregó modernizado en 2015; el segundo, en 2016 y el tercero en 2018. Hay un quinto avión que ya se encuentra en los talleres de Fadea listo para entrar en proceso.
"El trabajo realizado en esta aeronave y su rol en la lucha contra la pandemia, expone el sentido estratégico que Fadea tiene para el beneficio de todos los argentinos”, señaló en un comunicado la presidenta de la Fábrica de Aviones de Argentina SA, Mirta Iriondo. Y añadió: "Son pocas las empresas en el mundo que cuentan con el personal calificado y las capacidades requeridas para realizar este tipo de intervenciones. Debemos tomar dimensión y valorar la importancia de vivir en un país que puede realizar dentro de sus fronteras estas tareas de vital importancia para afrontar momentos de crisis humanitarias como los que estamos viviendo”.
Si bien FAdeA fue exceptuada de cumplir la cuarentena, tal como recordó el ministro de Defensa, Agustín Rossi, al presentar al nuevo Hércules, la firma no pudo eludir el impacto del párate global por la pandemia. Además de mantener operativos en los talleres a solo un tercio de su personal —relegando a otro tercio a tareas de home office o en suspenso por falta de demanda, más allá de quienes pertenecen a grupos de riesgo—, una parte importante de sus negocios se congelaron.
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En los últimos años, además de sus contratos con el Estado, Fadea supo abrirse a la actividad privada mediante acuerdos comerciales con la industria aeronáutica de Abu Dhabi o la brasileña Embraer. Hoy, casi toda la actividad esta paralizada. También la cadena de aprovisionamiento por parte de proveedores se vio interrumpida a nivel internacional y resintió el funcionamiento normal de la empresa.
Durante abril, Fadea ya había entregado al Ejército Argentino un grupo de cinco helicópteros Augusta Westland AB-206 que también habían sido modernizados en sus talleres cordobeses y que fueron incorporados a los patrullajes aéreos durante la vigencia de la cuarentena. Al igual que con el Hércules, se trabajó en la inspección estructural, de sistemas, aviónica, pintura, tapicería, motor, ensayos funcionales y modernización de cada una de esas aeronaves.
MB / DS
