Derecha o izquierda, sin medias tintas. La grieta del electorado brasileño, con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva de un lado y el ultraderechista Jair Bolsonaro del otro, vive un domingo volcánico con la segunda vuelta en las elecciones municipales de San Pablo. Se trata de la mayor urbe del continente, el corazón industrial de Brasil, y un bastión clave en la carrera que ya empieza a vislumbrarse a las elecciones presidenciales de 2026.
En San Pablo se concentran 9 millones de votantes, y la primera vuelta, el 6 de octubre, tuvo resultados ampliamente favorables para la derecha y para el partido de Bolsonaro, el Partido Liberal (PL).
Allí el derechista Ricardo Nunes va por la reelección, pero no alcanzó a ganar en primera vuelta y el balotaje de este domingo vuelve a enfrentarlo con el candidato de izquierda apoyado por Lula, Guilherme Boulos.
"Lo que está en juego en esta segunda vuelta es la redistribución de las cartas de poder entre los partidos de derecha y de centroderecha de Brasil", explicó en diálogo con AFP el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, Geraldo Monteiro.
En Brasil hay un retroceso electoral de la izquierda
En la primera vuelta Nunes ganó con claridad, y para este domingo el último estudio del Instituto Datafolha, publicado este sábado, le da al candidato de Bolsonaro un claro 57% de las intenciones de voto, sobre un 43% del candidato de Lula da Silva.
Todo indica entonces que de no mediar sorpresas, la victoria al final del día sería de los bolsonaristas, un resultado que si se concreta tendrá seguramente eco en la Argentina, donde el presidente Javier Milei es una figura muy cercana a la familia Bolsonaro.
La segunda vuelta de elecciones municipales tiene lugar en 51 ciudades de Brasil, gran parte de ellas con más de 100 mil habitantes y donde ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría absoluta desde el principio. La gran mayoría de los duelos se desarrollarán entre candidatos del Partido de los Trabajadores (Lula da Silva) y el Partido Liberal (Bolsonaro).
Como se mencionó, la elección se perfila en la mayoría de las ciudades como un pulso directo entre el progresismo liderado por el actual mandatario y la extrema derecha representada por el expresidente, quien se encuentra inhabilitado desde el año pasado por deslegitimar las instituciones democráticas con información falsa.
AS./HB
