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Juicio en Francia

Declaró la mujer drogada y violada por su marido y otros 70 hombres: "Me veían como a una muñeca de trapo"

Aunque el nombre de la víctima no suele aparecer en los medios por motivos de privacidad, Gisèle Pélicot quiere que se sepa su nombre para demostrar que la vergüenza debe recaer en los perpetradores, no en la víctima.

Gisèle Pelicot
Gisèle Pelicot | Agencia Afp

En un juicio que conmociona a Francia, Gisèle Pélicot brindó un crudo testimonio sobre cómo su esposo, Dominique Pélicot, la drogó durante casi una década para permitir que 72 hombres abusaran sexualmente de ella.

En su declaración, la mujer relató con detalle el horror que vivió mientras su esposo coordinaba las violaciones y las registraba en video, utilizando un sitio web llamado "Sin su conocimiento". “Tengo tanto que decir que no siempre sé por dónde empezar”, expresó la mujer.

Gisèle Pélicot declaró ante el tribunal de Avignon, en el sur de Francia, con voz tranquila pero llena de determinación. Frente a los jueces y en presencia de su exmarido, relató la pesadilla que comenzó en 2011 y se prolongó durante casi una década. Según su testimonio, su esposo Dominique Pélicot la drogaba sistemáticamente para que decenas de hombres, contactados a través de internet, la violaran mientras ella estaba inconsciente.

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Las investigaciones revelaron que más de 72 hombres participaron en las violaciones, de los cuales 51 -entre ellos su marido- fueron identificados; están siendo juzgados por violación con agravantes y se enfrentan a hasta 20 años en prisión. Se espera que el proceso judicial dure hasta diciembre.

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Durante su declaración, Gisèle Pélicot, hoy con 72 años, describió cómo los hombres la trataban "como una muñeca de trapo" mientras su cuerpo permanecía inerte en la cama. “Es insoportable”, dijo. “Tengo tanto que decir que no siempre sé por dónde empezar”, lanzó, frente a su exmarido, Dominique Pélicot de 71 años, quien la escuchó cabizbajo desde el banquillo de los acusados.

Gisèle y Dominique estuvieron juntos durante 50 años y tuvieron tres hijos. Cuando se jubilaron, la pareja se mudó a una casa en un pequeño pueblo francés de Provenza, hasta finales de 2020, cuando todo explotó.

Gisèle Pelicot
Su marido, Dominique Pelicot, la drogó durante años para que otros hombres la violaran estando inconsciente.

Los crimenes cometidos salieron a la luz cuando un agente de seguridad sorprendió a Dominique Pélicot en 2020 sacando fotos de la entrepierna a mujeres en un centro comercial, lo que llevó a los investigadores a registrar su teléfono y su computadora.

Fue allí cuando encontraron miles de fotos y videos de hombres que violaban a Gisèle en su casa mientras ella parecía estar inconsciente. En shock, la mujer dejó a su marido después de que la policía le mostró algunas de las imágenes. Ese día, ella rechazó ver los videos hallados por los investigadores sobre las alrededor de 200 violaciones que sufrió primero en la región de París y luego en Mazan, en el sur de Francia, hasta 2020.

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“Son escenas de barbarie, de violación”, expresó. “Estoy inerte, en mi cama y están violándome”, relató ante los cinco magistrados sobre las violaciones organizadas por Dominique Pélicot. “Pensé que éramos una pareja muy unida”, dijo al tribunal. “Ya no tengo identidad... No sé si algún día podré reconstruirme”, dijo.

Gisèle Pelicot

“Fui sacrificada en el altar del vicio”

Los investigadores policiales descubrieron mensajes que Dominique Pélicot presuntamente envió en un sitio de chats, frecuentado por delincuentes y posteriormente cerrado, en los que invitaba a varios hombres a abusar sexualmente de su esposa.

Su exmarido le contó a los investigadores que los agresores invitados a la casa de la pareja tenían que seguir ciertas reglas: tenían prohibido hablar en voz alta, debían desnudarse en la cocina, no podían usar perfume ni oler a tabaco. De hecho, han tenido que esperar hasta una hora y media en un estacionamiento cercano para que la droga surtiera pleno efecto y dejara inconsciente a Gisèle Pélicot.

"No son escenas de sexo, son escenas de violaciones. Hay dos o tres encima de mí y yo estoy inerte", relató. “Fui sacrificada en el altar del vicio”, testificó. “Me consideraban como una muñeca de trapo, como una bolsa de basura”. “El cuerpo está caliente, no frío, pero yo estoy muerta en mi cama”, agregó.

Dado que Dominique Pélicot registró las supuestas violaciones, la policía pudo localizar, durante un período de dos años, a la mayoría de los 72 sospechosos que buscaban. En los próximos meses, los acusados se presentarán en pequeños grupos ante un panel de cinco jueces, y se espera que Pélicot testifique la próxima semana. Además, declararán expertos en psicología, psiquiatría e informática.

Algunos de los acusados afirman que desconocían que el marido de la víctima le suministraba somníferos, creyendo que se trataba de una pareja libertina, una afirmación que la víctima rechazó en su primera declaración ante el tribunal. “Nunca he practicado (...) el intercambio de parejas. Me gustaría dejarlo claro”, aseguró la mujer, algo que reafirmó después ante las preguntas del presidente del tribunal, Roger Arata. “Nunca he sido cómplice ni he fingido que dormía”, se defendió.

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En relación a los hombres que la violaron -sin contar a su exmarido-, sólo reconoce a uno, que acudió a su domicilio para hablar de ciclismo con su marido. “Me lo cruzaba a veces en la panadería y lo saludaba. No se me pasó por la cabeza que me había violado”, explicó.

También criticó la postura de la mayor parte de los que comparecen como acusados, que alegan no haber sido conscientes de que estaba drogada y de que no había consentimiento de su parte. "Esos hombres me mancillan, se aprovechan de mí. Y ni uno solo se dice que hay algo raro", añadió.

Dirigiéndose a los acusados, dijo tener “un sentimiento de asco”. “Asuman la responsabilidad de sus actos al menos una vez en la vida”, los urgió durante su determinada declaración en el Palacio de Justicia de Avignon.

Su hija también fue una víctima más de la brutalidad de su padre

La acusación contra Dominique Pélicot por drogar a su esposa y permitir que más de 70 hombres la violaran mientras estaba inconsciente es solo una parte de este caso desgarrador. El impacto de estos crímenes no se limita a su esposa. Su hija, Caroline Darian, también fue una víctima más de la brutalidad de su padre.

Durante el segundo día del juicio, un nuevo golpe emocional destrozó a Caroline cuando el juez Roger Arata reveló que en el ordenador de Dominique Pélicot hallaron fotos de ella desnuda. Esas imágenes estaban archivadas en una carpeta titulada “Around my daughter, naked" (en castellano: Alrededor de mi hija, desnuda).

“Estoy convencida de que me drogó, pero nunca lo admitirá”, expresó Darian durante una entrevista con Le Parisien, donde también detalló que su mayor temor era que su padre hubiera permitido que otros hombres la agredieran sexualmente, tal como lo había hecho con su madre. Esta sospecha creció cuando se encontró una foto suya con ropa interior que no le pertenecía.

La evidencia apunta a que Dominique Pélicot, además de drogar y abusar de su madre, pudo haber cruzado una línea más al violentarla también a ella. La duda sobre lo que realmente sucedió sigue pesando, por lo menos, hasta que hable el principal acusado: su padre.

Decidió realizar un juicio público para que la humillación pasara a quienes la victimizaron

En una situación poco común para este tipo de casos, el abogado de la víctima, Stéphane Babonneau, informó que la mujer permitió la divulgación de su nombre e insistió en que el juicio se realizara de manera pública.

Gisèle Pélicot quiso hacer de este juicio un ejemplo sobre el uso de medicamentos en las violaciones y, al inicio del proceso, rechazó que este se celebrara a puerta cerrada como pidieron la fiscalía y parte de la defensa. “Hablo por todas estas mujeres que son drogadas y no lo saben, en nombre de todas estas mujeres que quizás no lo sabrán nunca (...), para que ninguna mujer más tenga que sufrir la sumisión química”, subrayó.

 

RM/ff