En el último domingo de este complicado 2024, el papa Francisco saludó de pie a la gente en la Plaza de San Pedro, destacando la importancia del diálogo en las familias y señalando que oraba por las víctimas del terrible accidente aéreo ocurrido en Corea del Sur, que dejó 179 muertos. "Rezo por los supervivientes y los fallecidos en Corea del Sur, pero también por las familias que sufren a causa de las guerras: en la atormentada Ucrania, en Palestina, en Israel, en Myanmar, Sudán, Kivu del Norte... Oremos por todas estas familias en guerra", destacó.
"Mis pensamientos están hoy con las muchas familias de Corea del Sur, de luto por ese dramático accidente de avión", afirmó el Pontífice tras la oración del Ángelus, y se lo vio con buen aspecto físico al cabo de un año en el que pasó por varios problemas de salud, especialmente los relacionados a sus rodillas, que lo obligaron en buena parte de sus actividades a movilizarse en una silla de ruedas.
Como se sabe, un avión de la empresa surcoreana Jeju Air se estrelló al aterrizar este domingo a las 09H03 (00H03 GMT) en el aeropuerto de Muan, a casi 300 km al sur de Seúl. El aparato, un Boeing 737-8AS, llevaba 181 personas a bordo, y solo sobrevivieron dos tripulantes, rescatados entre las llamas y seriamente heridos.
Además de esa sentida mención, el Papa resaltó la importancia de mantener el diálogo en las familias, a las que consideró "la célula de la sociedad"
"Es hora de preguntarnos si mantenemos el don de la escucha en las familias", indicó Francisco, agregando "¿Nos scuchamos para resolver los problemas? ¿O nos encerramos en el orgullo y el mutismo"?.
Sobre ese punto insistió en que "debemos tomarnos el tiempo para el diálogo", y llamó a mirar la familia de Jesús, a la que consideró "un modelo, porque es una familia que dialoga, que habla, y una familia que no se comunica no puede ser una familia feliz". Luego impartió la habitual bendición a quienes lo escuchaban y aplaudían, retirándose de la ventana vaticana sin ayuda y por sus propios pasos.
AFP/HB