En medio de otra crisis, con el choque en Diputados por el rechazo al DNU que aumentó los gastos reservados de la SIDE, y con probabilidades serias de sufrir otro revés en el Senado, con el proyecto de movilidad jubilatoria a punto de ser aprobado, el Gobierno ofreció pocas señales de reacción. Y se refugió, como en otros escenarios complejos, en el silencio.
Hasta el momento, solo Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, Javier Milei, a través de redes sociales, y Manuel Adorni, el vocero presidencial, dieron cuenta de lo que va a suceder con relación a la iniciativa que se debate en la Cámara alta y de lo que pasó esta semana. Pero el hermetismo en las últimas horas fue la regla en Balcarce 50: pocas palabras, caras largas de funcionarios y sin un discurso que indique próximos pasos tras el vendaval que se desató en las filas oficiales, con internas incluidas.
Javier Milei ratificó que vetará la reforma jubilatoria si la aprueba el Senado
De hecho, en medio del desconcierto por el escenario, varias figuras de La Libertad Avanza evitaron hablar de manera extraoficial. Según le expresó a PERFIL una voz del partido, es para “evitar contribuir al ruido” y tratar de ganar tiempo para amalgamar una estrategia, justo con puentes detonados ante aliados.
Adorni, por lo pronto, anticipó veto al proyecto de movilidad jubilatoria: “Todo lo que vaya en contra del equilibrio fiscal y de las cuentas públicas, que es nuestra columna vertebral, se va, por supuesto, a vetar”, dijo en su última conferencia de prensa.
