Un estudio científico reciente revela que los perros, considerados como "los mejores amigos del hombre", están experimentando una serie de transformaciones biológicas y cognitivas debido a su convivencia estrecha con los humanos. Estos cambios marcan lo que los expertos denominan la "tercera ola de domesticación", un fenómeno que implica adaptaciones aceleradas a un estilo de vida urbano y sedentario.
La relación entre humanos y perros fue evolucionando con el tiempo, y según un estudio realizado por los expertos en antropología evolutiva Brian Hare y Vanessa Woods, de la Universidad de Duke, esta convivencia impulsó cambios notables en la biología y el comportamiento de las mascotas. A medida que los perros dejaron de ser cazadores para convertirse en miembros activos de las familias humanas, su entorno y su modo de vida también se han transformado profundamente.
Adaptación a la vida urbana: un cambio acelerad
Hare y Woods aseguran que los perros, que solían deambular libremente en espacios naturales, se han adaptado rápidamente a la vida urbana. Este proceso de adaptación, que ha ocurrido en tan solo una generación, resalta cómo la convivencia con los seres humanos influyó de manera determinante en la evolución de estas mascotas. En palabras de Hare: “Los espacios naturales donde los perros podían deambular libremente son cada vez más escasos”, una realidad que ha redefinido sus comportamientos y necesidades.
Lo que distingue a esta nueva fase de domesticación es la velocidad con la que los perros integraron su presencia en los hogares. Hoy en día, muchas mascotas comparten sillones y espacios comunes con sus dueños, por ejemplo.
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Este fenómeno de la "tercera ola de domesticación" también plantea nuevos retos a la hora de elegir un perro. Ya no se trata solo de la apariencia o la raza, sino también de su capacidad para adaptarse a la vida diaria de una sociedad cada vez más urbanizada. De este modo, los expertos sugieren que los dueños de perros deben priorizar el temperamento y las necesidades de sus mascotas, en lugar de solo buscar características estéticas.
Trucos prácticos para facilitar la convivencia
Este proceso de adaptación a la vida urbana no solo afecta a la biología y el comportamiento general de los perros, sino que también trae consigo nuevos desafíos para los dueños de mascotas. A medida que los perros se acostumbran a compartir espacios más reducidos y estructurados, como los departamentos o viviendas urbanas, la educación en cuanto a sus necesidades básicas se vuelve fundamental para garantizar una convivencia armónica.
En este sentido, existen varios trucos prácticos que pueden facilitar que los perros dejen de orinar en sectores indeseados de la casa, un comportamiento que puede estar relacionado con su adaptación a un entorno más controlado. Entre ellos, se pueden mencionar:
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Paseos regulares: Es fundamental que los dueños de cachorros sean conscientes de que, durante sus primeros meses de vida, los perros necesitan salir con mayor frecuencia a hacer sus necesidades. Esto se debe a que su vejiga es aún pequeña y no pueden retener la orina por tanto tiempo como un perro adulto. El establecimiento de una rutina de paseos regulares no solo ayuda a controlar este comportamiento, sino que también fomenta la relación y el vínculo entre el dueño y su mascota.
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Darles atención: En ocasiones, los perros pueden orinar en lugares inadecuados como una forma de llamar la atención de sus dueños. Si no reciben la suficiente interacción o estimulación, pueden recurrir a este tipo de comportamientos. Asegurarse de que la mascota reciba el cuidado y afecto necesario es clave para evitar que esto se convierta en un problema.
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Esterilización: En algunos casos, la orina de los perros puede ser una forma de marcar territorio, un comportamiento territorial que se observa principalmente en perros no castrados. La esterilización se presenta como una opción definitiva para reducir estos comportamientos, permitiendo que el perro se adapte mejor a su entorno familiar y urbano.
RM / Gi
