Una celebración “inolvidable”. El coronavirus hizo el cumpleaños de Karina Rabolini fuera único. Como sucede desde que pasó se desató la pandemia y el aislamiento se hizo norma, el de la empresaria fue un cumpleaños íntimo: sólo con su pareja Ignacio Castro Cranwell. Las amigas “de toda la vida”, los amigos que se acercaron y la familia, estuvieron presente en todas las plataformas posibles. Los saludos fueron por teléfono, WhatsApp, y hubo momentos de Zoom también.
Los regalos quedarán para cuando se vuelva a la “normalidad” sea cual fuera ese concepto tras el aislamiento y el coronavirus. Karina, al decir de su pareja y algunos amigos, es una militante furiosa de la cuarentena y a todos sus conocidos les prohibió que le manden nada para su cumpleaños.
Con algunos insistió de una manera que, por el tono, ellos saben que Karina está a punto de enojarse en serio y perder esa delicadeza que tiene al hablar. Y a varios les costó entender cuando les explicó que, en este contexto social, esté muy en desacuerdo con utilizar el sistema de delivery para cosas que no sean esenciales. Y hoy un regalo no es lo que se dice un artículo esencial ni indispensable.
Karina Rabolini y su novio funcionario ya no ocultan su amor
Por otro lado si bien el número de cumpleaños no era uno redondo pero para que tampoco sea un día más en la cuarentena, Ignacio Castro Cranwell se encargó de todo: preparó la cena y montó el escenario. Y así fue el cumpleaños de Karina Rabolini, en pareja, íntimo e inolvidable. Lo único público fue el album de recuerdos -algunos, por supuesto- que también él le preparó en Instagram con la frase: “Feliz cumpleaños mi vida... otro año más juntos y genial... gracias por estar todos los días.... la torta a la tarde!!” Un album muy útil para que se sumen algunos más en los saludos a Karina. Y ese fue el regalo no privado. Y lo logró, incluso alertó a muchos otros conocidos a quienes el coronavirus y el aislamiento social les alteró la agenda.
MC