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BRECHA LABORAL

Sistemas de pensión con enfoque de género: la clave para la sostenibilidad

A pesar de que las jubilaciones no llegan a cubrir los gastos mínimos de un jubilado, por las moratorias y el sistema implementado, Argentina se encuentra mejor posicionada que otros países de América Latina en cuanto a acceso a una pensión para hombres y mujeres. Organismos internacionales recomiendan invertir en cuidados y cerrar las brechas en el acceso al empleo para hacer sostenible el sistema antes de modificarlo. Cómo están otros países de la región.

mujeres trabajando
EQUIDAD. Reducir la brecha de género laboral, clave para un sistema previsional sostenible. | CEDOC

El primer paso para pensar en un sistema de pensiones sostenible y equitativo en América Latina y el Caribe es reducir las brechas laborales (en cuanto a acceso al empleo registrado y de calidad, la edad jubilatoria y salarios) e invertir en cuidados. Así lo recomiendan diferentes organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Cepal. 

De acuerdo con los datos de esta última institución, en América Latina buena parte de las personas de 65 y más años no cuentan con jubilaciones o estas son insuficientes para sostenerlos fuera de la pobreza

La situación es desigual si la medimos de acuerdo a las condiciones socioeconómicas y el género. “El porcentaje de personas afectadas es mayor en los quintiles de ingresos más bajos, así como entre las mujeres”, señalan en la página web en la que se pueden encontrar datos desagregados por país. En términos generales, “entre los adultos mayores que forman parte de los primeros dos quintiles, la mitad o más perciben jubilaciones insuficientes o no las perciben” lo que significa que “los adultos en esta situación deban recibir transferencias sociales, ayudas familiares, deshacerse de ahorros o continuar trabajando más allá de la edad de jubilación legal, para alcanzar un nivel de ingresos que los sitúen fuera de la pobreza”.

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En la base de datos de la Cepal se mide entre otras cosas el porcentaje de adultos mayores que reciben pensiones insuficientes según sexo y nivel socioeconómico. “Cuanto mayor sea el porcentaje, mayor será la proporción de adultos mayores en condiciones de dependencia económica respecto de otras personas e instituciones para la satisfacción de sus necesidades de consumo”.

A nivel regional, en los sectores pertenecientes al primer quintil (el 20% más pobre), el 77,1% de los hombres y el 77,5% de las mujeres reciben pensiones insuficientes. En los sectores de ingresos más altos (el quintil 5) la brecha se mantiene, pero las pensiones siguen siendo bajas: en este estrato social, para el 26% de los hombres y el 31,9% de las mujeres, menos de la mitad de la población representada en el quintil más bajo.

Argentina, con un sistema de pensiones cuyas jubilaciones mínimas están por debajo de la canasta básica de un jubilado (pero que cuenta con moratorias previsionales), está por debajo del promedio regional en cuanto a la insuficiencia: alcanza al 47,1% de los hombres del primer quintil y al 56,2% de las mujeres. En el caso del quintil 5, al 19,6% y al 9,9%, respectivamente. Los datos corresponden al año 2023. 

Menor participación en el empleo se traduce en menor cobertura

Los casos de Bolivia, República Dominicana y El Salvador, con un modelo de ahorro individual (que funciona con cuentas donde se guardan e invierten los ahorros de los trabajadores para su pensión), presentan indicadores más complicados.

En Bolivia, las pensiones son insuficientes para casi la totalidad de la población del quintil 1, (99,7% de los hombres, 99,3% de las mujeres), mientras que para los sectores más ricos estas cifras se reducen al 42,3% y al 58,4%.

Lo mismo pasa en República Dominicana: en los sectores más pobres los ingresos por pensiones son insuficientes para el 94,1% de los hombres y para el 96,9% de las mujeres del quintil 1, y para el 70,6% de hombres y 71,4% de las mujeres del quintil 5.

En El Salvador los números se repiten: 95% y 96,7% para hombres y mujeres del quintil 1 y 60,5% y 68% respectivamente para el quintil 5.

“En América Latina y el Caribe la brecha en la participación laboral femenina ha venido disminuyendo. Sin embargo, las mujeres aún enfrentan barreras estructurales que les impiden participar plenamente en el mercado laboral y esto tiene impactos en los sistemas de pensiones y en las mujeres cuando llegan a su edad de retiro”, explica Laura Ripani, jefa de la División de Mercados Laborales del BID.

Esto ocurre entre otras cosas, y según el informe de este organismo, porque tanto “la carga de cuidado de niños y adultos mayores como las tareas domésticas recaen desproporcionadamente en las mujeres. Su participación es menor que la de los hombres en el empleo remunerado y hay diferencias salariales que muestran que las mujeres ganan alrededor de un 17% menos que los hombres por hora”.

Esa diferencia se traduce en la menor cobertura de las mujeres en los sistemas de pensiones “y, por lo tanto, muchas más mujeres son pobres en la vejez”.

Intentar cambiar los sistemas previsionales sin tener en cuenta estos factores podría empeorar las brechas a futuro. Las políticas de la región deberían tener “una intencionalidad de cerrar las brechas de género, tanto en el mercado laboral como en el diseño de los sistemas de pensiones”, cerró la especialista.