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OTRA CARA DE LA POBREZA

El 51% de las argentinas tiene dificultades para acceder a productos de higiene menstrual

Según un estudio privado la mitad de las mujeres y niñas menstruantes en Argentina tienen dificultades para acceder a los productos de higiene, y el 80% cambió de hábitos en el último año. En algunos casos decidieron optar marcas más económicas, pero en otros a alternativas caseras como algodón o paños de tela. La pobreza asociada a la menstruación implica la imposibilidad de pagar por los productos, además de la falta de instalaciones de saneamiento.

pobreza menstrual
POBREZA. La falta de acceso se acentúa con las desigualdades, pero también las potencia. | Shutterstock

Más de la mitad de las mujeres menstruantes en Argentina tuvieron dificultades para acceder a los productos de higiene necesarios por limitaciones económicas. Un estudio de la consultora Voices! reveló además que 7 de cada 10 están preocupadas por no poder pagarlos y que 8 de cada 10 realizaron en el último año algún cambio de hábito en su gestión menstrual “para enfrentar las restricciones presupuestarias”.

Según Unicef, en el mundo hay 2000 millones de personas menstruantes. “La menstruación es un proceso natural y saludable; sin embargo, millones de mujeres y niñas no pueden permitirse los productos menstruales o el acceso a agua y saneamiento seguros para gestionar su salud e higiene. Esto es algo que trunca su vida, sus derechos y su libertad”, señalaron desde la organización.

Allí definen la pobreza asociada a la menstruación como aquella que refiere a la imposibilidad de pagar productos menstruales o acceder a ellos, además de la falta de instalaciones de saneamiento y de educación sobre cómo gestionar la salud menstrual. “Dicho llanamente, la pobreza asociada a la menstruación le cuesta demasiado a las mujeres y a las niñas”.

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En Argentina, de acuerdo a los últimos cálculos de la asociación Ecofeminita, el costo anual de menstruar es de $43.276 si se usan toallitas, y de $64.232 si se usan tampones. 

El estudio de Voices! indicó además que el 78% de las mujeres y niñas menstruantes en Argentina ven limitadas sus elecciones de productos de gestión menstrual. 

“Los productos de gestión menstrual como las toallitas, tampones, copitas y jabones de limpieza íntima representan en la actualidad un costo altísimo para las mujeres argentinas menstruantes”, explicaron. Según los resultados del estudio, 8 de cada 10 (81%) perciben que estos productos son caros o muy caros frente a un 14% que considera que el precio es adecuado “y solamente un 2% que cree que son productos baratos o muy baratos”.  

Así, “pese a tratarse de productos de primera necesidad para que todas las mujeres puedan gestionar su ciclo menstrual con salud y bienestar, su acceso se encuentra muy condicionado por las posibilidades económicas”. 

Esta realidad se acentuó en el último año, en el que el 51% de las personas manifestó experimentar serias dificultades para acceder a estos productos.  

El cambio de hábitos también es una realidad. “Si bien las mujeres menstruantes de todos los segmentos sociodemográficos coinciden en que les gustaría usar otros productos de gestión menstrual pero no lo hacen por precio o presupuesto, las restricciones aumentan a menor nivel socioeconómico, alcanzando al 85%”.

El problema es que estos cambios no son inocuos. Los nuevos hábitos “no mejoran el tránsito de este momento vital para las mujeres, sino que en algunos casos lo empeoran”. 

El estudio señala también que 6 de cada 10 encuestadas cambió a marcas más económicas, otras decidieron reemplazar un producto por otro, pero un 18% mencionó “el hecho de utilizar los productos de gestión menstrual por mayor tiempo del recomendado, un hábito peligroso para la salud”. Por último, “el uso de productos caseros, como algodón o paños de tela es mencionado por el 10% de las encuestadas”.

La falta de acceso se acentúa con las desigualdades, pero también las potencian: la pobreza menstrual genera un mayor ausentismo laboral y escolar, lo que impacta en las oportunidades futuras de mujeres y niñas.

Hay provincias que entregan productos de gestión menstrual de forma gratuita

Los productos más atractivos, pero inaccesibles, señalaron las personas encuestadas, son “la copa menstrual (casi 4 de cada 10 señalan que les gustaría usar este producto, pero no lo hacen por precio o presupuesto), jabón líquido de limpieza íntima (33% de menciones), bombachas menstruales (29%) o toallas higiénicas de tela reutilizables (26%)”.

La pobreza asociada a la menstruación es también consecuencia de la falta de políticas educativas respecto a este tema. “El estigma, el elevado costo de los productos menstruales y la falta de instalaciones de agua y saneamiento causan la pobreza asociada a la menstruación en todo el mundo”, señala Unicef.

En la página de Ecofeminita se pueden consultar algunos proyectos legislativos que intentaron avanzar en este sentido. En Tucumán, La Rioja, San Luis y Misiones se aprobaron leyes que van desde la educación menstrual y descuentos en estos productos de higiene hasta la provisión gratuita en hospitales públicos. En Chaco, Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba también hay iniciativas, pero aún no fueron aprobadas.