Sin duda alguna la industria tecnológica está creciendo a pasos agigantados, los nuevos desarrollos, las innovadoras soluciones que hoy vemos en el mercado y demás creaciones que antes no parecían posibles, hoy lo son gracias al trabajo de millones de profesionales alrededor del mundo. Si bien este contexto ha dado pie a la consolidación de una fuerza laboral altamente capacitada y con un gran potencial de crecimiento, también han aumentado las brechas digitales en lo que respecta al género.
Basta con ver algunas cifras para darse cuenta de lo profundo de esta problemática. Según Deloitte, desde 2016 hasta 2022, la presencia femenina en el sector tecnológico creció menos del 4%. Además, un reciente informe del Foro Económico Mundial reveló que, aunque las mujeres representan casi la mitad (49,3%) del empleo total en ocupaciones no relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), su participación se reduce al 29,2% en el conjunto de trabajadores de estas áreas.
En el nuevo paradigma laboral post pandémico, donde la flexibilidad y el trabajo híbrido o remoto ya son moneda corriente, se puso en tela de juicio el rol de liderazgo de la mujer. Se ponen en duda aquí los objetivos y las expectativas acerca de la partición del tiempo a la hora de administrar su jornada, en base a las tareas del hogar o familiares -pese a que se insista en el equilibrio de tareas en la pareja- y la responsabilidad laboral. Más allá de que las responsabilidades que la mujer lleva adelante en un ambiente personal requieren una discusión más amplia, se abre una nueva disparidad donde se permite que las empresas emitan el prejuicio de que una mujer líder podría ver afectado su desempeño por estar trabajando a distancia, privándolas de demostrar sus capacidades. Los datos aún demuestran que las mujeres están en desventaja cuando las gerencias analizan su performance o deciden los ascensos.
Aunque es un asunto persistente, parece que tanto la industria como la sociedad en general han naturalizado este prejuicio, y la aceptación generalizada de este sesgo ha llevado a que las mujeres sean relegadas a un papel secundario. Lo que resulta aún más preocupante es el origen temprano de esta problemática. Un estudio de la plataforma educativa Henry revela que, aunque el número de mujeres en el área de tecnología aumentó, aún representa sólo un 29% de los profesionales del rubro.
El desafío principal reside en respaldar a las profesionales y ayudarles a comprender que, a pesar de que los prejuicios todavía existen en el sistema, hay organizaciones que están liderando el camino en la promoción de la igualdad de género. Las empresas no solo deben ser lugares propicios para el avance profesional de sus empleadas, sino que también deben enfocarse en crear un entorno que resulte atractivo para las nuevas generaciones de profesionales. Debemos cambiar la relación convencional entre las mujeres y la tecnología, inspirando y atrayendo a candidatas para que puedan construir carreras exitosas y sostenibles en el sector a largo plazo.
Las empresas que prosperen serán aquellas que no solo vean la equidad de género como una prioridad, sino como una inversión
En este contexto, la contratación global, y por ende flexible, se presenta como una excelente alternativa para reducir estas disparidades. La flexibilidad y autonomía que priman en ese formato de trabajo resultan el principal diferencial para que las personas encuentren mayor armonía. Poder enfocarse en desplegar sus capacidades, sin tener que seguir horarios fijos, permite hallar el equilibrio con la vida personal, fomentando la participación de la mujer. Estamos inmersos en un mundo más interconectado y cercano, en el que las fronteras geográficas están desapareciendo. En este entorno, son los equipos diversos y multiculturalmente integrados los que tienen el verdadero potencial para alcanzar el éxito. Aquí, el talento busca ser valorado por sus logros y no por su género, menos aún por su lugar de residencia. La inclusión y la diversidad son los pilares sobre los que construiremos un futuro tecnológico más brillante y equitativo.
Las ideas más innovadoras surgen cuando mentes diversas colaboran juntas con la meta de construir un futuro mejor.
Es importante recordar que las ideas más innovadoras surgen cuando mentes diversas colaboran juntas con la meta de construir un futuro mejor. No hay duda de que, en el futuro, las fuerzas laborales inclusivas serán una realidad. Las empresas que prosperen serán aquellas que no solo vean la equidad de género como una prioridad, sino como una inversión y una necesidad imperante para el éxito de sus negocios.
