Guernica y Chernobyl, dos estallidos que hicieron temblar Europa en el siglo XX
Con casi medio siglo de diferencia, un 26 de abril un bombardeo aéreo nazi devastó el pueblo vasco de Guernica y, 49 años más tarde, un presunto error hizo volar por el aire la central nuclear de Ucrania. ¿Qué dejaron estos dos desastres y cómo se recuperaron ambas ciudades?
Gernika bombardeo de 1937. |
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El 26 de abril de 1937, las fuerzas aéreas alemanas e italianas se aliaron al ejército de Francisco Franco para derrocar el gobierno republicano. Eran los años de la Guerra Civil española. La ciudad vasca de Guernica fue el bastión norte de la resistencia republicana.
A 30 minutos de la ciudad de Bilbao y a una hora de San Sebastián Guernica era también el centro de la cultura vasca.
Así se veía Guernica, tras el bombardeo del 26 de abril de 1937.
El 26 de abril, pero de 1986, un accidente hizo volar por el aire una parte de la central nuclear Vladimir Lenin, que está en Ucrania, a 18 kilómetros de la ciudad de Chernobyl y a 17 kilómetrros de la frontera con Bielorrusia.
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El “accidente de Chernobyl” es el peor accidente nuclear de la historia y provocó enormes daños ambientales. Por ese entonces, Ucrania, todavía pertenecía a la URSS.
Así quedó el reactor 4 de Chernobyl, tras la explosión.
Con 49 años de diferencia entre ambos desastres, la guerra, las ambiciones y la impericia humana dejaron una estela de daños detrás de sí. ¿Qué nos dejaron Guernica y Chernobyl?
Guernica, 26 de abril de 1937
El bombardeo a la ciudad se produjo un lunes, día de funcionamiento del mercado local, uno de las actividades sociales más tradicionales de la ciudad vasca de Guernica, aún hoy.
El bombardeo de la Legión Cóndor se inició a las 16 horas y quienes pudieron huyeron a los bunkers que se habían construido en los montes de la ciudad. De todos modos, se perdieron muchas vidas. Aún hoy esa cifra es difícil de precisar, pero las autoridades locales siempre manejaron el número aproximado de 1.000 decesos.
El bombardeo a Guernica (Gernika, en vasco); casi todo se desmoronó.
La ciudad quedó devastada: cerca del 85% de las construcciones se vinieron abajo. Curiosamente, el puente de Guernica (el blanco más apetecido, para dejar incomunicada a la ciudad), la Casa de Juntas y el Árbol de Guernica lograron sobrevivir.
El horror del bombardeo sobre la ciudad, logró hacer de Guernica el pueblo español más conocido –aunque sea de oídas- en el mundo. El abuso de poder y el bombardeo sobre la población inocente inspiraron el famoso cuadro Guernica de Pablo Picasso. El descomunal cuadro de 3.49 m x 7.77 m ya estaba listo en junio de ese mismo año.
Picasso lo pintó porque se lo pidió el director general de Bellas Artes, Josep Renau en nombre de la Segunda República Española (la que Franco quería derrocar). El Guernica de Picasso se exhibió inicialmente en el pabellón que España tuvo en la Exposición Internacional de Bellas Artes que se celebró en París.
En 1940, para protegerlo, Picasso le pidió al Museo de Arte Moderno de Nueva York que se exhibiera allí, pero que fuera restituido a su patria, España, cuando un gobierno republicano volviera a regir los destinos de España.
Un pedido visionario, ya que el cuadro y el asedio sobre Guernica se hicieron tan famosos que se dice que Adolf Hitler intentó comprarlo para destruirlo.
Por esa razón, el cuadro se exhibió en Nueva York, desde 1941, para recaudar fondos para las víctimas de la Guerra Civil española. Entre 1958 y 1981, estuvo en el MoMa de Nueva York y finalmente regresó a España. Se exhibe en un salón exclusivo del Museo Reina Sofía de Madrid.
Hoy día, una una reproducción sobre cerámica, a tamaño real, se exhibe en la calle Pedro de Elejalde, en la ciudad de Guernica.
Aunque imaginarse un bombardeo hace pensar en una ciudad cubierta por una nube de polvo, Guernica es una ciudad que creció en una zona verde, la Reserva Natural de Urdaibai, repleta de humedales. Esto la hizo rica en flora y fauna, sin mencionar varias de las hermosas playas del País Vasco, como Laga y Laida.
Guernica se levantó sobre humedales, pero tras el bombardeo costaba reconocer sus riquezas naturales.
En Guernica, hay un árbol célebre que se encuentra junto a la Casa de Juntas. Ambos son el símbolo político por antonomasia de la ciudad y milagrosamente sobrevivieron al bombardeo de 1937.
Junto a ambos, se reunieron siempre los Señores de Vizcaya y los políticos vascos para decidir el destino de la comunidad vasca. Bajo la sombra del árbol dictaron leyes e hicieron acuerdos de convivencia. Allí se acordaron los “fueros” que otorgaban autonomía a los vascos y bajo el Arbol de Guernica sigue jurando hoy el presidente vasco, ya que la comunidad goza de cierta autonomía.
Picasso pintó Guernica en París, en junio de 1937.
El árbol de roble que se ve hoy se plantó en 2015 ya que el anterior había sido plantado en 1742 y murió cuando lo atacó un hongo. Y hubo uno más viejo aún, plantado en el mismo lugar en el siglo XIV.
Joyas arquitectónicas de Guernica
Guernica no tiene casco histórico, porque loperdió durante el bombardeo, pero la historia de la ciudad puede reconstruirse gracias al Museo de Euskal Herria y el Museo de la Paz.
El sarcófago de Chernobyl que cubre el reactor 4 que explotó el 26 de abril de 1986.
El Museo de la Paz (entrada €5) abrió sus puertas en 1998 y está dedicado a la historia de Guernica y el bombardeo. Es un museo interactivo con una extensa exhibición fotográfica y audiovisual que reúne testimonios de sobrevivientes del bombardeo de 1937.
En el año 2003 se convirtió en el primer Museo de la Paz de España y su misión es educar a los visitantes explicando por experiencia propia porqué el mundo no puede vivir sin una cultura de paz.
En la oficina de turismo de la ciudad se puede comprar un ticket único para ambos museos (entrada €5).
Iglesia de Santa María
La Iglesia de Santa María es el punto más alto de la ciudad de Guernica. El templo data de 1418,pero se renovó varias veces hasta concluirse en 1715. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica del País Vasco. Sin embargo, tardó tanto en concluirse que su aspecto terminó prendiendo una vela a cada moda arquitectónica.
El bombardeo de 1037 dejó bastante en pie la construcción general, pero el archivo no pudo salvarse y, si nadie lo recordaba, en Guernica costó mucho elaborar árboles genealógicos.
El mercado, la mejor cita urbana
Todos los lunes el Mercado de frutas y verduras de la ciudad sigue funcionando como en 1937. Aunque no se descienda de vascos, allí se comprende mejor de dónde viene el famoso queso y dulce de los argentinos, que se consiguen como Pinchos por € 1. La gente va al mercado no sólo a hacer compras sino también a encontrarse e incluso ver algún partido de pelota vasca.
Parque de los Pueblos de Europa
Es un espacio al aire libre, gratuito que alberga esculturas de varios artistas que con sus obras quisieron colaborar en la reconstrucción de la ciudad. Se inauguró en 1991 y, entre otras, alberga esculturas de Eduardo Chillida y Henry Moore, y bustos de W. Humboldt y G. Bähr.
Large Figure in a shelter es la escultura de Henry Moore y recuerda a quienes huyeron del bombardeo. Forma parte de la colección “War Helmets”, que el artista comenzó durante la II Guerra Mundial.
La escultura de Chillida “Gure Aitaren Etxea (“la casa de nuestro padre”) fue encargada por el Gobierno Vasco para conmemorar el 50 aniversario del bombardeo de Guernica. Está dedicada a la paz y está diseñada de forma tal que, desde su ventana, se puede ver el Árbol de Guernica.
Chernobyl, 26 de abril de 1986
Aunque la ciudad más próxima a la centrak nuclear Vladimir Lenin es Pripiat –a 2,7 km- siempre se identificó al accidente del 26 de abril de 1986, como de Chernobyl.
Tras las explosión, en dos horas se evacuó la ciudad de Pripiat.
A la 1: 23 hs, el reactor 4 de la central tuvo dos explosiones sucesivas, luego un incendio y finalmente lanzó a la aire una nube radiactiva que se extendió 162.000 kilómetros cuadrados por Europa, e incluso América del Norte.
Las explosiones volaron la tapa del reactor 4, que pesaba 1.200 toneladas.
Inmediatamente, el reactor expulsó inmensas cantidades de dióxido de uranio, óxido de europio, carburo de boro, erbio, aleaciones de circonio y grafitos, todos materiales radiactivos y tóxicos que superaron 500 veces el impacto que la bomba atómica de Hiroshima causó en la ciudad japonesa, en 1945.
En el momento del accidente, murieron 31 personas. En el primer mes, 135.000 personas tuvieron que ser evacuadas y, durante la década siguiente, 215.000 personas más.
El desastre de Chernobyl inspiró muchas series y películas. Son once las más recomendables, con más o menos énfasis y estrellitas, entre las cuales cabe mencionar algunas cosas.
La exitosa serie Dark (2017) se inspiró en el accidente de Chernobyl.
La primera de ellos, se hizo apenas un mes después del desastre, se estrenó en 1987 y tiene un alto poder de concentración y veracidad en imágenes. Kolokol Chernobylya fue dirigida por por Rollan Sergienko y tiene la potencia testimonial de los heridos y sobrevivientes que dejó el desastre.
La más promocionada y tal vez la más vista hasta hoy es Chernobyl, la serie de cinco entregas de HBO (2019) que dejó al descubierto que hubo fallas que se podrían haber evitado.
Desde luego, Rusia la objetó, diciendo que era un “fraude histórico” y respondieron a UK y la plataforma con su propia versión de los hechos, la película Chernobyl: Abyss (2020).
La planta cerró definitivamente, pero hasta la invasión rusa en Ucrania, se podía visitar.
Con todo lo que había para mostrar, criticar y dar a entender, Volki v zone (1990) se concentró en la horda de saqueos que continuó al desastre.
Chernobyl: The Final Warning (1991) otorgó un protagónico al olvidado John Voight.
Atrapados en Chernóbil (Chernobyl Diaries, 2012) convirtió la tragedia en una película de terror.
Y La jungla: Un buen día para morir (A Good Day to Die Hard, 2013) hizo del desastre nuclear una película de acción con Bruce Willis, protagonista de una entrega más de la saga de John McClane, con villanos, helicópteros y huida a tiempo.
Chernobyl, la bomba radiactiva
Tras el accidente, llegó la inmediata evacuación de la zona. El primer foco fue Pripiat, ya que la ciudad estaba dentro del radio de 10 kilómetros alrededor de la planta, el primer cordón. Fue masiva, comenzó dos horas después de la explosión y duró 36 horas.
Luego se trazó un nuevo cordón de exclusión, que abarcó a la ciudad de Chernobyl, dentro de un radio de 30 kilómetros. La evacuación se prolongó hasta el 2 de mayo, cuando ya se habían reportado mil heridos graves por la radiación.
La fauna de las inmediaciones sigue manifestando malformaciones y problemas.
Cuando se logró hacer algunas mediciones, se pudo conjeturar que los empleados de la planta que no tenían equipos de protección adecuados recibieron dosis dos mil veces superiores a una dosis letal de 100 röntgens por hora.
Chernobyl después
Tras discusiones y debates entre Rusia, el gobierno ucraniano y la comunidad internacional, finalmente ni Rusia ni Ucrana se hicieron cargo del gasto que significó contener esa ola radiactiva desmadrada.
Desde entonces y hasta la fecha se construyeron tres sarcófagos diferentes (sí, se llamaron así) para tapar el reactor, contener su contenido y que todo quede adentro. Hubo que hacer tres porque la atmósfera irradiada corrompía los materiales de cada iniciativa.
El nuevo sarcófago seguro lo pagaron 28 países y costó 1.500 millones de euros.
La tapa definitiva se llamó “Nuevo sarcófago seguro” (NSC) y es una inmensa mole móvil de 110 metros de alto y 150 metros de ancho que pesa 30.000 toneladas. Se construyó a dos cuadras del reactor y luego se la puso encima de él, gracias a un sistema de rieles. La construyó la empresa francesa Novarka, la pagaron 28 países y costó € 1.500 millones. Estuvo lista en el año 2016.
Chernobyl, ayuda rusa
Mientras todo esto sucedía, el Kremlin reaccionó rápidamente luego de la explosión y sobrevoló 1.800 veces sobre el reactor 4, intentando arrojar desde el aire una mezcla de materiales para contener el derrame radiactivo y, en consecuencia, una reacción en cadena.
La mezcla que se arrojó llegó a pesar 5000 toneladas y contenía principalmente arcilla, plomo, arena, boro, y dolomita. Expertos internacionales comprobaron luego que nada de ese material dio en el blanco, el núcleo dañado del reactor, y que con semejante peso terminó desmoronando lo poco que quedaba en pie.
Extensas zonas cultivadas próximas que aún no pueden revivir.
Rusia intentó también construir un túnel para refrigerar el reactor desde el subsuelo, pero fue un esfuerzo inútil que luego terminó rellenándose con hormigón.
Salud y contaminación ambiental
La contaminación de Chernobyl no se esparció en forma uniforme sino que se concentró en bolsas radiactivas, en parte por cuestiones meteorológicas.
Además del entorno cercano, el país más afectado fue Bielorrusia, que recibió el 60% de la radiación proveniente de la explosión. En Rusia, 49.800 km2 fueron contaminados; en Ucrania, 37.200 km2. La onda expansiva alcanzó latitudes tan lejanas como Italia, en donde 300 km2 recibieron la onda expansiva.
El duelo continúa.
Tras el accidente, Suecia, Finlandia, Austria, Noruega, Bulgaria, Suiza, Grecia, Eslovenia, Italia y Moldavia, impusieron estrictos controles alimentarios para evitar que vegetales y animales irradiados ingresaran a sus territorios y causaran más muertes todavía. También impusieron restricción de acceso a zonas forestales, áreas de caza y pesca e incluso a la venta de leña.
Renos, jabalíes, ciervos, samis y muchas otras especies murieron por comer pastos contaminados.
Antes de la explosión, el reactor 4 contenía 190 toneladas de combustible nuclear. De ese volumen, se estimó que la mitad del yodo y un tercio del cesio contenido fueron expulsados a la atmósfera.
Además de aberraciones zoológicas, nacimientos con malformaciones e intoxicaciones varias con yodo radiactivo, desde entonces proliferaron sobre todo los casos de cáncer de tiroides en Rusia, Bielorrusia y Ucrania, los países más directamente afectados por el accidente de Chernobyl.
